El derecho a la igualdad de trato y a la no discriminación entre mujeres y hombres en materia retributiva se configura como principio fundamental del ordenamiento jurídico nacional e internacional y se concreta en la obligación de igual remuneración por un trabajo igual o de igual valor. A pesar de este reconocimiento, y de todos los esfuerzos realizados persiste la brecha salarial.
En España, mediante acuerdo del Consejo de Ministras y Ministros, se estableció el día 22 de febrero como el Día de la Igualdad Salarial y el Instituto de las Mujeres conmemora anualmente esta efeméride mediante la realización de jornadas, seminarios y campañas específicas de sensibilización contra la brecha retributiva, sus causas y las herramientas para identificarla y atajarla.
Las estadísticas muestran que las mujeres ganan menos que los hombres en todos los sectores y ocupaciones, evidenciando una desigualdad estructural que tiene origen en diversos factores:
• La discriminación directa e indirecta.
• La infravaloración del trabajo de las mujeres.
• La segregación ocupacional en el mercado laboral, fuertemente marcada por estereotipos y roles de género muy arraigados social y tradicionalmente.
• La escasa presencia de mujeres en los puestos de mayor responsabilidad.
• La desigual asignación de los complementos retributivos.
• La mayor parcialidad y reducciones de jornada en el empleo de las mujeres, debido a que han asumido —y continúan asumiendo— casi en exclusiva los trabajos domésticos y de cuidados.
No obstante, aunque muchos de estos factores continúan presentes, el desarrollo normativo de los últimos años, el incremento del salario mínimo interprofesional, la reducción de la contratación temporal y el desarrollo de herramientas de transparencia retributiva están teniendo efectos positivos en la brecha salarial entre mujeres y hombres.